SÁBADO 9

Blanco Feria del Tiempo de Navidad MR, p. 178 (197) / Lecc. I, p. 477

Otros santos: Eulogio de Córdoba, Doctor de la Iglesia española, presbítero y mártir; Adrián de Canterbury, abad. Beata María Teresa de Jesús Le Clercq, virgen fundadora.

BEATA MARÍA TERESA DE JESÚS LE CLERC, del hebreo Miryam, cuyo significado y etimología son discutidos; quizá -según diversos padres de la Iglesia- "señora", "soberana", y del latín, "la que cosecha" (1576-1622). Virgen fundadora. Alexia Le Clerc -su nombre en el siglo-, nació, en noble cuna, en el poblado de Remiremont, Francia. Al crecer, por su belleza física y sus dotes intelectuales, llevó una vida frívola hasta que en 1595 tuvo un sueño donde se vio vestida con hábito, frente a ella estaba la Santísima Virgen María, quien le decía: "Ven, hija mía, que yo misma voy a darte la bienvenida". Cuando su familia cambió de residencia a Hymont, Alexia tuvo un encuentro con el sacerdote -hoy santo- Pedro Fourier (9 de diciembre). Un día tuvo una visión en la cual un demonio hacía bailar a un grupo de jóvenes de forma desenfrenada. A partir de entonces vistió pobremente e hizo ayuno, penitencias y oración. Como guía espiritual adoptó al presbítero Fourier quien junto con su padre le recomendaron ingresar a un convento; al no encontrar alguno que cubriera sus expectativas, su guía le aconsejó que difundiera sus ideas entre las jóvenes de la comunidad de Vosges donde radicaba; de esta forma logró reunir las primeras integrantes de una futura Congregación. En 1597, Alexia Le Clercq, y dos jóvenes damas se consagraron públicamente a Dios. El trabajo pastoral y de ayuda, así como su ejemplar forma de vida despertaron severas críticas por parte de algunos pobladores. Ante ello el padre de Alexia la envió al convento de terciarias de Santa Isabel, en Ormes, pero esta comunidad no satisfizo sus ideales. Poco después, ingresó en una abadía de canonesas seculares. Una de las religiosas tomó bajo su cuidado a Alexia y a sus tres compañeras (1598). Las cuatro jóvenes expresaron a Pedro Fourier su deseo de formar un nuevo Instituto que se avocara a enseñar a las niñas a leer, a escribir y a coser, pero sobre todo a amar y servir a Dios, sin fijarse en condición social o económica; esta labor la harían sin recibir remuneración alguna. Posteriormente, algunas religiosas del convento se unieron a la naciente Congregación de Canonesas Regulares de Nuestra Señora y fundaron un convento en Mattaincourt, Alix tomó el hábito como Sor María Teresa de Jesús; la obra pronto se expandió. En 1616 se obtuvo la aprobación papal. Por diferentes motivos Alexia dejó la dirección. A raíz de esto, se originaron una serie de calumnias en su contra, le sobrevino “una sequedad espiritual” y sufrió ataques del Maligno, todo ello puso a prueba su fe. Regresó a Nancy y poco después entregó su alma al Señor. Fue beatificada en 1947 por Pío XII (1939-1958). También se le conoce como Alix o Alexia Le Clerc.

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