Misal Católico

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Santa Misa de Hoy: Jueves 3 de Octubre de 2024

Verde / Blanco

Feria o Misa del Santísimo Nombre de Jesús
MR p. 1120 [1165] / Lecc. II p. 854

ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10-11

Que al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA

A quienes veneramos el santísimo nombre de Jesús, concede, Señor, en tu bondad, que, disfrutando en esta vida de su dulzura, nos llenemos del gozo eterno en la patria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

[Yo sé que mi defensor vive.]
Del libro de Job 19, 21-27
Job tomó la palabra y dijo: "Tengan compasión de mí, amigos míos, tengan compasión de mí, pues me ha herido la mano del Señor. ¿Por qué se ensañan contra mí, como lo hace Dios, y no se cansan de escarnecerme? Ojalá que mis palabras se escribieran; ojalá que se grabaran en láminas de bronce o con punzón de hierro se esculpieran en la roca para siempre. Yo sé bien que mi defensor está vivo y que al final se levantará a favor del humillado; de nuevo me revestiré de mi piel y con mi carne veré a mi Dios; yo mismo lo veré y no otro, mis propios ojos lo contemplarán. Esta es la firme esperanza que tengo". Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL del salmo 26, 7-8a. 8b-9abc. 13-14

R. No me abandones, Dios mío. Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el corazón me dice que te busque y buscándote estoy. R. No rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio; no me abandones ni me dejes solo, Dios y salvador mío. R. La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R. No me abandones, Dios mío.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 1, 15

R. Aleluya, aleluya. El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio. R. Aleluya.

EVANGELIO

[Su deseo de paz se cumplirá.]
Del santo Evangelio según san Lucas 10,1-12
En aquel tiempo, designó el Señor a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan: 'Que la paz reine en esta casa'. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: 'Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios'. Pero si entran en una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y digan: 'Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca'. Yo les digo que en el día del juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que esa ciudad". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN: La alocución que Jesús dirige al enviar a los «setenta y dos» discípulos, parte de una muy conocida y bella imagen. Es la de la mies abundante, lista para una cosecha que necesita numerosos segadores. Ellos han de ser mensajeros de paz, al servicio del Reino: pobres, desinstalados, ligeros de equipaje y disponibles para la ingente tarea que se les confía. En la vocación de estos primeros «misioneros» están representados todos los que, a lo largo de la historia, serán llamados por Cristo al apostolado. A través de sus brazos, Él podrá prolongar su acción redentora en el mundo.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dígnate, Padre todopoderoso, aceptar nuestros dones en el nombre de Jesús, en el cual confiamos firmemente que obtendremos cuanto pidamos, conforme a la promesa bondadosa hecha por tu mismo Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Hech 4, 12

No hay otro nombre bajo el cielo que pueda salvarnos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, por tu misericordia, que en estos sagrados misterios honremos con digno homenaje al Señor Jesús, ante cuyo nombre quisiste que toda rodilla se doble y por el que todos los hombres encuentren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Fuente: misalcatolico.com

Misal de Hoy Publicado: 2024-10-03T06:01:01Z | Modificado: 2024-10-03T06:01:01Z