LUNES 31

Verde De feria, Misa Para dar gracias a Dios, B MR, p. 1164 (1156) / Lecc. II, p. 745

Otros santos: Ramón Nonato, presbítero mercedario y cardenal; Dominguito de Val, monaguillo y mártir. Beatos Mártires de Almería, religiosos de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (lasallistas).

BEATOS MÁRTIRES DE ALMERÍA. (1936). San Juan Pablo II (1978-2005; 22 de octubre) en su Encíclica Veritatis Splendor (Esplendor de la Verdad) promulgada en 1993 señaló: "El martirio es un signo preclaro de la santidad de la Iglesia: la fidelidad a la ley santa de Dios, atestiguada con la muerte, es anuncio solemne y compromiso misionero 'usque ad sanguinem' para que el esplendor de la verdad moral no sea ofuscado en las costumbres y en la mentalidad de las personas y de la sociedad. Semejante testimonio tiene un valor extraordinario a fin de que no sólo en la sociedad civil sino incluso dentro de las mismas comunidades eclesiales no se caiga en la crisis más peligrosa que puede afectar al hombre: la confusión del bien y del mal, que hace imposible construir y conservar el orden moral de los individuos y de las comunidades". Por su fidelidad a Cristo, en el transcurso de la Guerra Civil Española (1936-1939) cientos de cristianos -laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas- fueron inmolados en la península, por el simple hecho de ser cristianos. Una de las características de este conflicto bélico fue su anticlericalismo. Por ello el Frente Popular de la Provincia de Almería giró la orden de perseguir y encarcelar a todo enemigo de la revolución, entendiéndose como tal a todo cristiano, en especial a los religiosos. Cinco Hermanos de las Escuelas Cristianas (lasallistas), fueron arrestados en su plantel y dos más en la calle; a todos se les llevó a una improvisada prisión, ahí fueron objeto de burlas, malos tratos y otras vejaciones. Al amparo de la noche del 29 de agosto los revolucionarios sacaron de sus celdas a dos obispos y a 15 seglares, los llevaron a un páramo y los fusilaron. La noche siguiente los hermanos españoles Hedmigio (nacido en Adalia en 1881), Amalio (nacido en Salinas del Oro en 1886) y Valerio (nacido en Porquera en 1909), se les condujo al cercano municipio de Tabernas en donde se les asesinó de un disparo en la cabeza y sus cuerpos fueron arrojados a un pozo. El 12 de septiembre los hermanos Aurelio María (nacido en Zafra de Záncara en 1890) y José Cecilio (nacido en Molina de Ubierna en 1885) fueron ultimados y sus cuerpos, también, fueron tirados a un aljibe. Los últimos en ser masacrados fueron los hermanos Teodomiro Joaquín (nacido en Puentedey en 1907) y Evencio Ricardo (nacido en Viloria en 1886). A los llamados Mártires de Almería, se les ejecutó sin haber sido sometidos a un juicio; su delito sólo fue servir a Dios y a sus hermanos. El 10 de octubre de 1993, el Beato Juan Pablo II los elevó a los altares. Sus restos reposan en la parroquia de Parroquia San Juan Bautista de La Salle y Nuestra Señora de la Estrella, en Asidonia-Jerez, España.

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