JUEVES 24

Antepasados de Nuestro Señor Jesucristo

Morado Feria Mayor de Adviento en la Misa matutina MR p. 149 (173) / Lecc. I, p. 418

Otros santos: Irma o Irmina de Tréveris, abadesa; Adela de Alemania, religiosa; Paula Isabel Cerioli, viuda y fundadora.

SANTA IRMA o IRMINA DE TRÉVERIS, del germánico, "la mujer fuerte y poderosa" (708). Abadesa. Originaria de Tréveris, Alemania, hija del rey san Dagoberto II de Austrasia (23 de diciembre). No se conocen particularidades de su niñez y temprana juventud, excepto que era piadosa y caritativa al extremo, cuestión no usual entre la nobleza. Dedicó su fortuna para patrocinar las altruistas obras del obispo san Bonifacio (5 de junio), patrono de Alemania; y las de san Willibrodo (7 de noviembre). Como era costumbre en su época, Irma
fue comprometida en matrimonio con un caballero de la nobleza quien antes de efectuarse los esponsales murió. Al quedar viuda la joven consagró su vida a Dios y -aquí difieren los hagiógrafos-, hay quienes señalan que Irmina con sus recursos mandó construir el monasterio benedictino de Öhren (Ohren o Horreum) en Tréveris (entonces territorio francés); en tanto que otros citan que fue edificado por orden de su padre el rey; como fuere, ingresó al claustro renunciado al mundo y a sus prerrogativas de princesa. Como religiosa hizo vida de oración y penitencia, alcanzando el grado de abadesa; asimismo, organizó las Constituciones para dicho convento. En vida fue reconocida por sus virtudes y llamada santa, prestigio que se incrementó cuando auxilió de forma heroica a la población durante una epidemia de peste. Falleció en Ostén iniciándose su culto. Algunos Santorales la señalan como hermana de santa Adela de Pfalzel, viuda y abadesa a quien también se conmemora este día.
Santos antepasados de Jesús. La Genealogía de Jesucristo, hijo de David, se encuentra en los Evangelios de san Mateo (1, 1-25) y de san Lucas (3, 23-38); en ella se incluyen -entre otros- a los profetas, quienes anunciaban la inminente venida del Mesías. Todos estos santos hombres fueron purificados por Dios para que al final naciera María, una mujer virgen pura, la Madre del Redentor. El Martirologio Romano cita: "Memoria de todos los santos antepasados de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham, hijo de Adán, sus abuelos, que agradaron a Dios y fueron hallados justos, y murieron creyendo, pese a no haber visto realizadas las promesas, pero avizorando de lejos su cumplimiento y saludándolo, de los que nació Cristo según la carne, Dios bendito sobre todas las cosas por siempre". Reflexión: "La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien estar un poco en silencio, para oír la voz del Amor". Papa Francisco (2013).

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