Misal Católico

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Santa Misa del día: Lunes 4 de Marzo de 2024

Morado Feria, lunes III de Cuaresma o Memoria parcial de san Casimiro* MR, pp. 212 (231), p. 716 (703); Lecc. I, p. 741

Otros Santos: Juan Antonio Farina, obispo fundador. Beatos: Madre San Luis, viuda fundadora; Daniel Dajani, presbítero jesuita y mártir.

NINGÚN PROFETA ES ACEPTADO EN SU PROPIA TIERRA 2 Re 5, 1-15; Salmos 41 y 42; Lc 4, 24-30

El triste tema del profeta rechazado corre a lo largo de toda la Biblia, desde el destino de los profetas clásicos (p. ej. Jer 42, 1 43, 7) hasta el asesinato de los dos profetas en los últimos días (p. ej. Apoc. 11, 3-10). De hecho, el tema parece seguir un ritmo habitual: primero, un profeta es rechazado; luego, los que lo rechazaron son castigados; pero, en tercer lugar, la compasión inagotable motiva a Dios a continuar mandando profetas para reformar a su pueblo (véase Neh 9,26-31). Jesús mismo se involucra en este ritmo, como nos revela el Evangelio de hoy. Por desgracia, nuestro mundo no ha aprendido la lección que le ofrece la Biblia, porque ha asesinado profetas, como Martín Luther King (1929-1968) o Monseñor Oscar Arnulfo Romero (1917-1980). Ojalá que reconozcamos a los profetas que Dios nos manda hoy!

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83, 3

Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor; mi corazón y todo mi ser se regocijan por el Dios vivo.

ORACIÓN COLECTA

Que tu constante misericordia, Señor, purifique y defienda a tu Iglesia y, ya que sin ti no puede permanecer segura, guíala siempre con tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo... *O bien, en la Memoria de san Casimiro: Dios todopoderoso, a quien servir es reinar, concédenos, por intercesión de san Casimiro, que te sirvamos siempre en santidad y justicia. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Muchos leprosos había en Israel, pero ninguno fue curado, sino Naamán, el sirio.

Del segundo libro de los Reyes: 5, 1-15

En aquellos días, Naamán, general del ejército de Siria, gozaba de la estima y del favor de su rey, pues por su medio había dado el Señor la victoria a Siria. Pero este gran guerrero era leproso. Sucedió que una banda de sirios, en una de sus correrías, trajo cautiva a una jovencita, que pasó luego al servicio de la mujer de Naamán. Ella le dijo a su señora: Si mi señor fuera a ver al profeta que hay en Samaria, ciertamente él lo curaría de su lepra. Entonces fue Naamán a contarle al rey, su señor: Esto y esto dice la muchacha israelita. El rey de Siria le respondió: Anda, pues, que yo te daré una carta para el rey de Israel. Naamán se puso en camino, llevando de regalo diez barras de plata, seis mil monedas de oro, diez vestidos nuevos y una carta para el rey de Israel que decía: Al recibir ésta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán, para que lo cures de la lepra. Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras exclamando: Soy yo acaso Dios, capaz de dar vida o muerte, para que éste me pida que cure a un hombre de su lepra? Es evidente que lo que anda buscando es un pretexto para hacerme la guerra. Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le envió este recado: Por qué rasgaste tus vestiduras? Envíamelo y sabrá que hay un profeta en Israel. Llegó, pues, Naamán con sus caballos y su carroza, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. Éste le mandó decir con un mensajero: Ve y báñate siete veces en el río Jordán, y tu carne quedará limpia. Naamán se alejó enojado, diciendo: Yo había pensado que saldría en persona a mi encuentro y que, invocando el nombre del Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me curaría de la lepra. Acaso los ríos de Damasco, como el Abaná y el Farfar, no valen más que todas las aguas de Israel? No podría bañarme en ellos y quedar limpio? Dio media vuelta y ya se marchaba, furioso, cuando sus criados se acercaron a él y le dijeron: Padre mío, si el profeta te hubiera mandado una cosa muy difícil, ciertamente la habrías hecho; cuanto más, si sólo te dijo que te bañaras y quedarías sano. Entonces Naamán bajó, se bañó siete veces en el Jordán, como le había dicho el hombre de Dios, y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva a donde estaba el hombre de Dios y se le presentó, diciendo: Ahora sé que no hay más Dios que el de Israel.Palabra de Dios.T. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

De los salmos 41 y 42 3; 42, 3. 4. R/. Estoy sediento del Dios que da la vida.

Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. R/. Del Dios que da la vida está mi ser sediento. Cuándo será posible ver de nuevo su templo?R/. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas.R/. Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la cítara.R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 129, 5. 7 R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Confío en el Señor y en sus palabras, porque del Señor viene la misericordia y la redención.R/.

EVANGELIO

Como Elías y Eliseo, Jesús no ha sido enviado sólo a los judíos.

Del santo Evangelio según san Lucas: 4, 24-30

En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo: Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria. Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio de la montaña sobre la que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Convierte, Señor, en sacramento de salvación, los dones que te ofrecemos como expresión de nuestro servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio IV de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 116, 1-2

Que alaben al Señor todos los pueblos, porque grande es su amor hacia nosotros.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la comunión de tu sacramento, Señor, nos obtenga limpieza de alma y nos congregue en la unidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.Opcional

Te rogamos, Señor, que tu diestra proteja al pueblo que te invoca y, una vez purificado, dígnate llenarlo de sabiduría, para que, por medio de los consuelos presentes, se encamine hacia los bienes futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Fuente: misalcatolico.com


Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2024 / Misal Catolico de marzo 2024

Misal de Hoy Publicado: 2024-02-27T07:26:26Z | Modificado: 2024-02-27T07:26:26Z