Santa Misa del día: Domingo 16 de Febrero de 2025
16 de febrero VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Verde
Podemos ser felices
La verdadera felicidad es posible, así nos lo muestra Jesús en las Bienaventuranzas. Los pobres son bienaventurados, no porque vayan a tener muchos bienes, sino porque recibirán como don el Reino de Dios, de tal manera que la riqueza de ellos mismos los despojará de esa pobreza, pero en compañía de los demás, no en detrimento de ellos. Los que tienen hambre serán saciados, esa dicha no es porque vayan a hartarse de comida, pues el hartazgo de pocos siempre es a costa del hambre de muchos; atiborrarse supone egoísmo, saciarse implica satisfacer una necesidad, siempre y cuando se comparta con otros. Los que lloran serán consolados y alentados porque reirán; aquellos que sufren a causa de una desgracia personal o ajena tienen la seguridad de que la adversidad tiene caducidad. Por último, existe una felicitación a quienes tienen comportamientos proféticos, aquellos que son capaces de remar contra corriente cuando es necesario y que viven comprometidos con el proyecto del Reino. Las Bienaventuranzas muestran que la felicidad es un derecho que debe vivirse como gracia, ya que el único modo de ser auténticamente dichosos es tomando en cuenta el bienestar de los demás. Ahora bien, en el evangelio de Lucas, Jesús sabe que la ventura sufre amenazas, por ello presenta unos lamentos en forma de ayes, no sólo para exponer dos tipos de personas, sino para referir a dos clases de comportamientos observados en los individuos. Con lo anterior, concluimos que un peligro para la felicidad verdadera es refugiarse en consuelos equivocados, en vivir hartados de comida y sin apetito de ideales, sin hambre de justicia y sin penas ni preocupaciones de que la realidad sea distinta. Otro amago para la felicidad son las falsas alegrías y las risas a costa del llanto de los demás, así como vivir de halagos efímeros y de alabanzas hipócritas. La felicidad es posible, no perdamos la esperanza de conseguirla; tiene sus amenazas, pero mantengámonos firmes en el empeño de superarlas.
¿Qué podemos hacer para ser auténticamente felices, según las Bienaventuranzas, y ser portadores de esperanza?
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 30, 3-4
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras. Tú eres mi baluarte y mi refugio, por tu nombre condúceme y guíame.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo…
MONICIÓN
En esta primera lectura, el profeta Jeremías nos habla con palabras duras y nos invita a escoger entre los poderes del mundo o el camino de Dios. Escuchemos con atención.
PRIMERA LECTURA
Maldito el que confía en el hombre; bendito el que confía en el Señor.
Del libro del profeta Jeremías: 17, 5-8
Esto dice el Señor: “Maldito el hombre que confía en el hombre, que en él pone su fuerza y aparta del Señor su corazón. Será como un cardo en la estepa, que nunca disfrutará de la lluvia. Vivirá en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhabitable.
Bendito el hombre que confía en el Señor y en él pone su esperanza. Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 1
R. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R.
MONICIÓN
El domingo pasado san Pablo nos hablaba de la muerte y la resurrección de Cristo. Hoy nos invita a creer en la resurrección de los que ya han muerto, y en nuestra propia resurrección.
SEGUNDA LECTURA
Si Cristo no resucitó, es vana la fe de ustedes.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15, 12. 16-20
Hermanos: Si hemos predicado que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que algunos de ustedes andan diciendo que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, es vana la fe de ustedes; y por lo tanto, aún viven ustedes en pecado, y los que murieron en Cristo, perecieron. Si nuestra esperanza en Cristo se redujera tan sólo a las cosas de esta vida, seríamos los más infelices de todos los hombres. Pero no es así, porque Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 6, 23
R. Aleluya, aleluya.
Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo, dice el Señor. R.
MONICIÓN
Las Bienaventuranzas según san Lucas, que la liturgia nos presenta en el evangelio de este domingo, ponen a los seguidores de Jesús a contracorriente de los criterios mundanos y los llenan de esperanza en los valores del Reino de Dios. ¿De veras creemos en las promesas de Jesús?
EVANGELIO
Dichosos los pobres. - ¡Ay de ustedes los ricos!
Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 17. 20-26
En aquel tiempo, Jesús descendió del monte con sus discípulos y sus apóstoles y se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y de Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón.
Mirando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán.
Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.
Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos, al Dios de misericordia y pidámosle su ayuda para invocar su nombre con sentimientos que le agraden.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.
- Para que la Iglesia sea siempre un ejemplo de sencillez, de desprendimiento de todo afán de riqueza y de poder. Oremos.
- Para que los ricos y los poderosos de este mundo descubran la voluntad de Dios y se pongan al servicio de la justicia y del bienestar para todos. Oremos.
- Para que los hombres y las mujeres que integran las fuerzas armadas reconozcan en Jesús su modelo de servicio dedicado, atento y respetuoso. Oremos.
- Para que cada uno de nosotros seamos siempre levadura y testimonio de amor y solidaridad. Oremos.
Dios nuestro, atiende el clamor de los pobres y de los oprimidos, rompe el yugo de la violencia y del egoísmo, que nos hace enemigos unos de otros y concédenos que, reconociéndonos mutuamente como hermanos, seamos signos de una humanidad nueva, reunida y unificada en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda, Señor, nos purifique y nos renueve, y se convierta en causa de recompensa eterna para quienes cumplimos tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 77, 29-30
El Señor colmó el deseo de su pueblo; no lo defraudó. Comieron y quedaron satisfechos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados, Señor, por este manjar celestial, te rogamos que nos hagas anhelar siempre este mismo sustento por el cual verdaderamente vivimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fuente: misalcatolico.com
Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2025 / Misal Catolico de febrero 2025
Misal de Hoy Publicado: 2025-02-01T19:09:40Z | Modificado: 2025-02-01T19:09:40Z