LUNES 25

Conversión de san Pablo, Apóstol

Blanco Fiesta, MR, p. 693 (683) / Lecc. I, p. 988

Otros santos: Beatos Manuel Domingo y Sol, presbítero y fundador; María Antonia Grillo, religiosa y fundadora; Francisco Zirano, presbítero de los Hermanos Franciscanos Conventuales y mártir.

BEATO MANUEL DOMINGO Y SOL, del hebreo, "con nosotros está Dios", del latín, "consagrado al Señor" y Sol, astro y dios, respectivamente (1836-1909). Presbítero y fundador. Nació en Tortosa, España. Después de cursar estudios de humanidades y latín decidió ofrecerse a Dios en el ministerio sacerdotal e ingresó al seminario en 1851, cursó Filosofía, Derecho y Teología. Recibió el Orden sacerdotal en 1860. Desempeñó su sacerdocio en el templo de La Aldea, luego fue ecónomo en la parroquia de Santiago. Continuó estudios de posgrado en Valencia y Barcelona, donde obtuvo Licenciatura, Doctorado y terminó el Bachillerato en Artes. Concedió especial atención a los jóvenes, en especial en Tortosa, lugar en que destacó por su apostolado al expresar: "La juventud es mi ideal", en esa urbe ejerció como catedrático y secretario del Instituto de Tortosa, entre 1863 y 1867. Realizó notable función social al establecer escuelas nocturnas y dominicales para obreros y artesanos. En 1870 creó la publicación El Congregante, para fomentar una mejor comunicación entre las comunidades juveniles. Estableció un gimnasio, con biblioteca, sala de juegos, jardines, librería y capilla, para el desarrollo físico e intelectual de la juventud. Propagó en la diócesis el Apostolado de la Oración, la Adoración Nocturna, así como la Asociación de Camareras del Santísimo. A partir de 1873 se dio a la tarea de intensificar las vocaciones sacerdotales y religiosas, adquiriendo una casa para la asistencia y formación de seminaristas con escasos recursos, así como el colegio de San José para seminaristas diocesanos. Durante 1883, en Castellón escribió las Constituciones y consiguió aprobación episcopal para efectuar la fundación de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús, cuyo apostolado es la promoción vocacional y la obtención de recursos para su mantenimiento. Poco después (1892) su extensa misión se extendió a Roma, al constituir el Colegio Español, dedicado a la formación de seminaristas procedentes de su país. Asimismo, editó la revista El Correo Josefino con la cual tendió una red de comunicación hacia América. Esta vida de extenuante trabajo y plena en santidad fue entregada en las manos del Padre en su tierra natal. Su Santidad Pablo VI le otorgó el título de "el Santo Apóstol de las vocaciones sacerdotales". Fue beatificado por san Juan Pablo II (1978-2005) en 1987.

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