VIERNES 2

Verde De Feria, viernes XIII del Tiempo Ordinario MR, p. 427 (423) / Lecc. II, p. 522

Otros santos: Monegunda de Tours, virgen reclusa. Beata Columba Kang Wan-suk y siete Compañeros, mártires; Ignacio Choe In-Cheol, catequista y mártir laico.

BEATA COLUMBA KANGWAN-SUK y SIETE COMPANEROS, mártires, del latín, "paloma" (1801). Nativa de Corea del Sur. Hija ilegítima de un aristócrata. Se le casó con un noble y vivieron en el poblado de Deoksan; por esa época, entró en contacto con el cristianismo. Su fidelidad a Nuestro Señor y ejemplar vida sirvieron de ejemplo para su familia y comunidad. En 1791, por haber resguardado a católicos durante una persecución religiosa, fue detenida. Una vez liberada, inició su misión evangelizadora y logró convertir a su madre y a su hijastro, el beato mártir Felipe Hong Pil-ju (quien sería asesinado el mismo año que su madre). Por causa de su fe, su marido le repudió; por ello, y para prepararse mejor como catequista, se mudó a Seúl, la capital coreana; ahí, recibió el Bautismo, en cuya ceremonia prometió difundir la Palabra sin importar esfuerzos o riesgos. Al ver su compromiso, el beato Santiago Zhou Wen-mo (31 de mayo), le designó catequista y salvaguarda de la comunidad. Al desencadenarse la cacería de fieles en Eulmyo, Columba refugió en su casa al beato Santiago y a numerosos creyentes. En este escondite, la beata Ágata Jeom-hye Yun, -a quien también se conmemora el día de hoy-, fundó una comunidad de vírgenes consagradas a la Iglesia. La entrega y fe de Columba fructificó y decenas de personas fueron bautizadas. En 1801, se desencadenó la llamada persecución Shinyu y con inusitada fiereza fueron capturados cientos de cristianos, entre ellos, Columba y varios de sus discípulos. En prisión, seis veces se le atormentó para que delatara el paradero del padre Zhou, pero ella permaneció en silencio, soportó interrogatorios y suplicios durante seis meses, al término de los cuales, se le decapitó junto con: Ágata Han Sin-ae, Antonio Yi Hyeon, Bibiana Mun Yeong-in, Juliana Kim Yeon-i, Ignacio Choe In-cheol, Mateo Kim Hyeon-i y Susana Kang Gyeong-bok. Este grupo de 123 Mártires coreanos, encabezados por Paolo Yun e inmolados entre los siglos XVIII y X1X, fue beatificado el 16 de agosto de 2014, durante el pontificado del Papa Francisco.

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