VIERNES 19

Blanco Solemnidad, MR p. 453 (449) / Lecc. II, p. 102

Otros santos: Romualdo de Ravena, fundador; Juliana de Falconieri, virgen fundadora. Beata Elena Aiello, virgen fundadora.

SANTA JULIANA DE FALCONIERI, del latín patronímico de Iulius "celestial", "divino" (1341). Virgen fundadora. Nació en Florencia en noble cuna. Siendo aún muy joven murió su padre y su tío san Alejo (Alexis) Falconieri (17 de febrero) -uno de los Siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María (servitas)- quedó como su tutor. Se refiere que después de un tiempo de tratar a Giuliana, dijo a su madre: "Dios no sólo te dio una hija, sino que te regaló un verdadero ángel". Toda su vida estuvo acompañada por enfermedades gástricas a las cuales enfrentó con fe y entereza. A la edad de 15 años ingresó como Terciaria en la Orden de los Siervos de María, teniendo como director espiritual a san Felipe Benicio (23 de agosto). Por sus problemas de salud debió permanecer en su hogar llevando vida conventual. Su ejemplo de rectitud, carisma y espíritu de servicio a Dios y al prójimo motivaron a varias jóvenes a unirse a Juliana en su cruzada a favor de los necesitados. Al poco tiempo, a su alrededor se formó una congregación así nacieron las Hermanas de la Orden de los Siervos de María, de la cual Juliana fue la primera Superiora. Su fecunda obra se expandió y fueron solicitadas en diversas comunidades para atender necesidades espirituales y materiales. Por llevar una pañoleta sobre su cabeza como parte de su hábito, el
pueblo les llamó "mantelatas". En los últimos años de su vida los problemas estomacales aumentaron al grado de no soportar alimentos sólidos; lo único que lamentaba de este mal era el no poder recibir la Sagrada Eucaristía. Pasaba horas rezando en sufragio de los pecadores y sus virtudes y fama de santidad eran conocidas y admiradas por religiosas y seglares. Antes de morir y ante la imposibilidad de comulgar, solicitó le facilitaran una hostia la cual puso sobre su pecho y así expiró. Las religiosas que prepararon su cuerpo antes de sepultarla afirmaron que sobre su pecho se incrustó la sagrada forma. Fue canonizada en 1737. Se le invoca para sanar los males gástricos.

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS."Esta devoción hunde sus raíces en el misterio de la Encarnación; precisamente a través del Corazón de Jesús se manifestó de modo sublime el amor de Dios a la humanidad. Por eso, el culto auténtico al Sagrado Corazón conserva toda
su validez y atrae especialmente a las almas sedientas de la misericordia de Dios, que encuentran en él la fuente inagotable de la que pueden sacar el agua de la vida, capaz de regar los desiertos del alma y hacer florecer la esperanza". Benedicto XVI (2006).

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