SÁBADO 18

Verde / Blanco De Feria, Misa de Santa María Virgen MR, p. 913 (905) / Lecc. II, p. 581 H, Vísperas I del domingo: 4a. Semana del Salterio Tomo III: pp. 1151 Y 571; Para los fieles: pp. 722 Y 406; Edición popular: pp. 289 Y 472

Otros santos: Arnulfo de Metz, obispo; Simeón de Lipnica, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales. Beato Carlos de Dios Murias, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártir.

BEATO CARLOS DE DIOS MURIAS, del germánico, "hombre experto" (1945-1976). Presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártir. Nació San Carlos Minas, provincia de Córdoba, Argentina. Hijo de un político radical quien deseaba que su hijo se instruyera en la carrera de las armas, por ello fue inscrito para cursar sus estudios secundarios -contra su voluntad- en el Liceo Militar General Paz de Córdoba. Años después ingresó a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Córdoba, pero la abandonó; regresó a su hogar y durante corto tiempo laboró una dependencia gubernamental; pero su sensibilidad le hizo ver el abuso de la burguesía para con los pobres y obreros. Finalmente, se afilió, en 1966, en la Orden de los Frailes Franciscanos Conventuales y recibió el Orden sacerdotal de manos de Monseñor Enrique Angelelli, obispo de La Rioja, el año de 1972, en Buenos Aires; Carlos de Dios conocía y admiraba por su valor y principios en favor de los oprimidos al santo prelado Angelelli. A partir de 1974, recorrió su diócesis como misionero evangelizador. Dos años después se sumó a la fraternidad del Convento de Saldán, Córdoba, viviendo en Chamical, diócesis de La Rioja. Fue designado Vicario Cooperador de la parroquia El Salvador de Chamical. Siempre tuvo como prototipo al hoy beato Enrique Angel Angelelli Carletti, obispo y mártir (4 de agosto). Defensor de los pobres, de los campesinos y de los trabajadores, en sus homilías no dudaba en fustigar los abusos de los acaudalados y terratenientes. El llamado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), inició un acoso sobre la Iglesia y sus ministros para que presbíteros como el Obispo Angelelli y Fray Carlos no se opusieran a sus actos. El padre Murias recibió estas amenazas; sin embargo, continuó con su misión. En su Diócesis de La Rioja trató de aplicar los ideales eclesiales emanados del Concilio Vaticano II. Señalaba: «Hay veces que tengo Misas en varios puestos en un mismo día y quedo molido". En su última homilía manifestó: "Podrán callar al Padre Carlos o al Obispo, pero no la voz del Evangelio. Es mejor morir joven habiendo hecho algo por Cristo y el Evangelio que morir viejo sin haber hecho nada". La noche del 18 de julio de 1976, una partida de militares asaltó la casa de religiosas donde se encontraba, y junto con el padre Gabriel Longueville se los llevaron. Sus cuerpos fueron encontrados el martes 20 de julio a 7 kilómetros de Chamical. Las exequias fueron presididas por Mons. Angelelli quien señaló: "Carlos tenía treinta años y era presbítero. Presbítero significa anciano, pero creo que alguien de treinta años no es anciano. Pero decían de Carlos: Es un presbítero, porque en su sacerdocio estaba como resumida toda la historia de la Iglesia, todo el misterio de Dios. Carlos vivía su condición de presbítero con la exigencia de quien ha experimentado la libertad de espíritu de los hijos de Dios, que nos envía a anunciar el Evangelio a los hombres y a cuestionarios, para que vivan según la voluntad de Dios, no según la codicia, la envidia, la lujuria, la sensualidad, el egoísmo o el odio". Forma del grupo de los cuatro Mártires de El Chamical, Argentina, beatificados el 25 de abril de 2019, durante el pontificado de S. S. Francisco.

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