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Santa Misa del día: Domingo 9 de Marzo de 2025

I DOMINGO DE CUARESMA

Morado / I Domingo De Cuaresma / MR p. 200 [210] / Lecc I p. 291. LH Semana I del Salterio.

El ilusionado «proyecto» divino… (Papa Francisco, Homilía, 14-II-2016)

El miércoles pasado hemos comenzado el tiempo litúrgico de la cuaresma, en el que la Iglesia nos invita a prepararnos para celebrar la gran fiesta de la Pascua. Tiempo especial para recordar el regalo de nuestro bautismo. Este tiempo es un buen momento para recuperar la alegría y la esperanza que nos hace sentir miembros de una gran familia e hijos muy amados de un mismo Padre: un Dios misericordioso que sabe de hogar, de hermandad, y de «pan partido y compartido» … De ahí que en cada uno de nosotros anide y viva ese sueño de Dios que en cada Pascua y en cada Eucaristía volvemos a celebrar. Sueño con el que han vivido tantos hermanos nuestros a lo largo y ancho de la historia.

Sueño testimoniado por la sangre de tantos mártires de ayer y de hoy. Aleccionados por el ejemplo de Jesús en el evangelio de hoy que nos habla de sus tentaciones, hemos de descubrir, una vez más, la cuaresma como un tiempo privilegiado de conversión… Sí, porque a diario hacemos experiencia de cómo nos vemos amenazados por el «padre de la mentira». Por aquel que busca separarnos, generando una familia, una sociedad y una humanidad dividida y enfrentada.

Rehuyendo a sus falacias y engaños –y apoyados, como nuestro Divino Maestro tan sólo en la Palabra de Dios– hemos de aprovecharnos de este tiempo para ajustar los sentidos, y para abrir los ojos frente a tantas cerrazones e injusticias que atentan directamente contra el sueño y el proyecto de Dios.

Efectivamente, la cuaresma es el tiempo para desenmascarar, continuamente y sin tregua, esas tres grandes tentaciones que rompen y dividen la imagen que Dios ha querido plasmar en cada uno de nosotros.

Tres tentaciones que buscan degradar, destruir y sacar de nuestras vidas la alegría y la frescura del Evangelio. Estas tres tentaciones son: la «riqueza», la «vanidad» y –todavía peor– el «orgullo» … Por eso, la Iglesia nos regala este tiempo de gracia y nos invita a ser mejores, a partir de una sola certeza: Él nos está esperando y quiere sanar nuestros corazones de todo lo que degrada, degradándose o degradando a otros.

Su nombre es nuestra riqueza, su nombre es nuestra fama, su nombre es nuestro poder y en su nombre, una vez más, volvemos a decir con el salmo de este día: «Tú eres mi Dios y en ti confío».

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 90, 15-16

Me invocará y yo lo escucharé; lo libraré y lo glorificaré; prolongaré los días de su vida.

No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso, que, por las prácticas anuales de esta celebración cuaresmal, progresemos en el conocimiento del misterio de Cristo, y traduzcamos su efecto en una conducta irreprochable. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

[Profesión de fe del pueblo escogido.]

Del libro del Deuteronomio 26, 4-10

En aquel tiempo, dijo Moisés al pueblo: “Cuando presentes las primicias de tus cosechas, al sacerdote tomará el cesto de tus manos y lo pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces tú dirás estas palabras ante el Señor, tu Dios: ‘Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto y se estableció allí con muy pocas personas; pero luego creció hasta convertirse en una gran nación, potente y numerosa.

Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios nuestro padre, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra humillación, nuestros trabajos y nuestra angustia. El Señor nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo protector, con un terror muy grande, entre señales y portentos; nos trajo a este país y nos dio esta tierra, que mana leche y miel. Por eso ahora yo traigo aquí las primicias de la tierra que tú, Señor, me has dado’. Una vez que hayas dejado tus primicias ante el Señor, te postrarás ante él para adorarlo”. Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL del salmo 90

R/. Tú eres mi Dios y en ti confío.

Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del todopoderoso, dile al Señor: “Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío”. R/.

No te sucederá desgracia alguna, ninguna calamidad caerá sobre tu casa, pues el Señor ha dado a sus ángeles la orden de protegerte a donde quiera que vayas. R/.

Los ángeles de Dios te llevarán en brazos para que no te tropieces con las piedras, podrás pisar los escorpiones y las víboras y dominaras las fieras. R/.

“Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé, y en tus angustias estaré contigo, te libraré de ellas y te colmaré de honores”. R/.

SEGUNDA LECTURA

[Profesión de fe del que cree en Jesucristo.]

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 10, 8-13

Hermanos: La Escritura afirma: Muy a tu alcance, en tu boca y en tu corazón, se encuentra la salvación, esto es, el asunto de la fe que predicamos. Porque basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse.

En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la salvación. Por eso dice la Escritura: Ninguno que crea en él quedará defraudado, porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él. Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4

R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

EVANGELIO

[El Espíritu llevó a Jesús al desierto; ahí lo tentó el demonio.]

Del santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio.

No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”.

Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”.

Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”. Concluidas las tentaciones, el diablo se retiró de él, hasta que llegará la hora. Palabra del Señor.

Se dice Credo.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Intercedamos ante la divina clemencia, implorando su misericordia en favor de todos los hombres y suplicando el perdón para cuantos hemos pecado:

Para que, en este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a todos los fieles la fuerza necesaria para luchar contra el mal, convertirse de su mala conducta y retornar al camino del bien, roguemos al Señor.

Para que quienes abundan en bienes de la tierra sepan moderar el uso de sus propias riquezas en provecho de los necesitados y no vivan absortos en los bienes de este mundo, roguemos al Señor.

Para que quienes se han alejado de la Iglesia a causa de nuestros escándalos o de nuestra tibieza se reincorporen a la familia de Dios, y a nosotros el Señor perdone nuestras faltas, roguemos al Señor.

Para que nuestros corazones lleguen a ser –por medio de la penitencia cuaresmal– aquella tierra fecunda en la que la Palabra de Dios produce fruto del ciento por uno, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, la voz de tu Iglesia que, desde el desierto del mundo, te invoca y haz que –por medio de la penitencia, la austeridad y la oración– podamos tener la fuerza para vencer las tentaciones del Maligno. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que nos hagas dignos de estos dones que vamos a ofrecerte, ya que con ellos celebramos el inicio de este venerable misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 4,4

No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados, Señor, de este pan celestial que nutre la fe, hace crecer la esperanza y fortalece la caridad, te suplicamos la gracia de aprender a sentir hambre de aquel que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que procede de tu boca. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Derrama sobre tu pueblo, Señor, la abundancia de tu bendición para que su esperanza crezca en la adversidad, su virtud se fortalezca en la tentación, y alcance la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Fuente: misalcatolico.com


Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2025 / Misal Catolico de marzo 2025

Misal de Hoy Publicado: 2025-03-02T03:06:42Z | Modificado: 2025-03-02T03:06:42Z