Misal Católico

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Santa Misa del día: Lunes 31 de Julio de 2017

Blanco Memoria de San Ignacio de Loyola, presbítero MR, p. 757 (783)/ Lecc. II, p. 610

Otros santos: Elena de Skovde, mártir; Justino de Jacobis, obispo.

Ignacio de Loyola, quien fundó la Compañía de Jesús en París, en 1534, nació en las Provincias Vascongadas. Trabajó en Roma por difundir la Compañía de Jesús en Europa y por emprender grandes trabajos misioneros. Su vida es un ejemplo de una total sujeción al Papa y a la Iglesia. Sus Ejercicios Espirituales marcan el camino a aquellos que quieran consagrar su vida "a la mayor gloria de Dios" (1491-1556).

LA MOSTAZA Y LA LEVADURA

Ex 32, 15-24; Mt 13, 31-35

El episodio del becerro de oro que Israel adoró en el desierto, nos muestra que ningún proceso de transformación social o religiosa verdaderamente significativa, ocurre de la noche a la mañana. No era suficiente haber visto las plagas cumplidas por Dios en Egipto, ni haber asistido al milagro del mar de las cañas (Mar Rojo) para aprender a vivir confiando plenamente en Dios. La tentación de la desesperanza asedia el corazón humano, empujándolo a dar saltos apresurados. La parábola de la mostaza y la levadura nos recuerdan que el ritmo de maduración cristiana es lento y a la vez seguro. Cuando una persona bien dispuesta abre su corazón al mensaje de Jesús, va produciendo frutos que lo llenan de paz y que, a la vez, van cambiando el rostro de la familia y la sociedad en donde vive. El Evangelio es una fuerza transformadora que rejuvenece el corazón humano

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 2, 10-11

Que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra, en los abismos, y que toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para extender la mayor gloria de tu nombre, concédenos que, luchando en la tierra, con su auxilio y a imitación suya, merezcamos ser coronados, con él, en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Este pueblo ha cometido un gravísimo pecado al hacerse un dios de oro.

Del libro del Éxodo: 32, 15-24. 30-34

En aquellos días, Moisés bajó del monte y regresó trayendo en sus manos las dos tablas de la alianza, que estaban escritas por ambos lados. Las tablas eran obra de Dios y la escritura grabada sobre ellas era también obra de Dios. Cuando Josué oyó los gritos del pueblo, le dijo a Moisés: "Se oyen gritos de guerra en el campamento". Moisés le respondió: "No son gritos de victoria ni alaridos de derrota. Lo que oigo son cantos".
Cuando Moisés se acercó al campamento y vio el becerro y las danzas, se enfureció, arrojó las tablas y las hizo añicos al pie del monte. Luego tomó el becerro que habían hecho, lo echó al fuego y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció en el agua y se la hizo beber a los israelitas.
Después le dijo Moisés a Aarón: "¿Qué te ha hecho este pueblo para que lo hayas arrastrado a cometer un pecado tan grave?" Aarón le respondió: "No te enfurezcas, señor mío, pues tú ya sabes lo perverso que es este pueblo. Me dijeron: 'Haznos un dios que nos guíe, pues no sabemos lo que le ha pasado a Moisés, ese hombre que nos sacó de Egipto'. Yo les contesté: 'Los que tengan oro, que se desprendan de él'. Ellos se quitaron el oro y me lo dieron; yo lo eché al fuego y salió ese becerro".
Al día siguiente, Moisés le dijo al pueblo: "Han cometido ustedes un pecado gravísimo. Voy a subir ahora a donde está el Señor, para ver si puedo obtener el perdón de ese pecado".
Así pues, fue Moisés a donde estaba el Señor y le dijo: "Ciertamente este pueblo ha cometido un pecado gravísimo al hacerse un dios de oro. Pero ahora, Señor, te ruego que les perdones su pecado o que me borres a mí de tu libro que has escrito". El Señor le respondió: "Al que haya pecado contra mí, lo borraré de mi libro. Ahora ve y conduce al pueblo al lugar que te he dicho y mi ángel irá delante de ti. Pero cuando llegue el día de mi venganza, les pediré cuentas de su pecado".Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 105, 19-20. 21-22. 23

R/. Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.

En el Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro, y lo adoraron. Cambiaron al Dios, que era su gloria, por la imagen de un buey que come pasto. R/.
Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto, en la tierra de Cam, mil maravillas y en las aguas del mar Rojo, sus prodigios. R/.
Por eso hablaba Dios de aniquilarlos; pero Moisés, que era su elegido, se interpuso a fin de que en su cólera, no fuera el Señor a destruirlos. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO St 1, 18
R/. Aleluya, aleluya.

Por su propia voluntad el Padre nos engendró por medio del Evangelio, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R/.

EVANGELIO

El grano de mostaza se convierte en un arbusto y los pájaros hacen su nido en las ramas.

Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: "El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en su huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar". Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te agraden, Señor Dios, las ofrendas que te presentamos en la celebración de san Ignacio, y concede que estos santos misterios en los que has puesto la fuente de toda santidad, nos santifiquen en la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 12, 49

He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que este sacrificio de alabanza, que te hemos ofrecido en acción de gracias en la celebración de san Ignacio, nos lleve a alabar perpetuamente tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Fuente: misalcatolico.com


Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2017 / Misal Catolico de julio 2017

Misal de Hoy Publicado: 2021-09-15T18:20:31Z | Modificado: 2021-09-15T18:20:31Z