Misal Católico

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Santa Misa del día: Martes 29 de Octubre de 2024

Feria o Misa para después de la cosecha

Verde MR p.1085 1130 /Lecc. II p. 944

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 66, 7

La tierra ha producido ya sus frutos: que nos bendiga el Señor, nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Te damos gracias, Señor, por los frutos que la tierra ha producido para provecho de los hombres, a fin de que, así como tu admirable providencia dispuso un buen clima para su crecimiento, de la misma manera hagas que broten en nuestros corazones el germen de la justicia y el fruto de la caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Este es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios 5, 21-33

Hermanos: Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo: que las mujeres respeten a sus maridos, como si se tratara del Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza y salvador de la Iglesia, que es su cuerpo. Por tanto, así como la Iglesia es dócil a Cristo, así también las mujeres sean dóciles a sus maridos en todo.

Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada.

Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola cosa. Este es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

En una palabra, que cada uno de ustedes ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido. Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL del salmo 127, 1-2. 3. 4-5

R. Dichoso el que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R.

Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R.

Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: Que el Señor te bendiga desdeSión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25

R. Aleluya, aleluya.

Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R. Aleluya.

EVANGELIO

Creció la semilla y se convirtió en un arbusto.

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas”.

Y dijo de nuevo: “¿Con qué podré comparar al Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medias de harina y que hace fermentar toda la masa”. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

La masa fermentada y el arbusto frondoso apuntan al aspecto universal de la salvación, abierta a todos, especialmente a los «sencillos», que se abren a Dios con sinceridad y sin condicionamientos. A éstos les revela sus «secretos», porque Él gusta normalmente de medios pobres para realizar sus grandes portentos. Aquí se ponen en contraste los comienzos insignificantes del Reino, frente a su gran desarrollo posterior. Lo mismo se acentúa el crecimiento en extensión, que el incremento en profundidad. Su dinamismo no admite impaciencias o apresuramientos, y mucho menos estériles desalientos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor, los dones que del fruto de la tierra te presentamos con acción de gracias; y tú, que eres quien nos da la abundancia de los frutos terrenales, haz que nuestras almas puedan producir frutos para el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 103, 13-15

Con los frutos de tus obras, Señor, llenas la tierra, para que obtengamos de ella el pan y el vino que alegra nuestro corazón.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, que, al darte gracias, mediante este sacramento de salvación, por los frutos de la tierra que hemos cosechado, merezcamos conseguir, por efecto de ese mismo sacramento, bienes más excelentes. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Fuente: misalcatolico.com


Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2024 / Misal Catolico de octubre 2024

Misal de Hoy Publicado: 2024-10-04T01:03:30Z | Modificado: 2024-10-04T01:03:30Z