Santa Misa del día: Domingo 23 de Abril de 2017
La Divina Misericordia
Blanco II Domingo de Pascua MR p. 347 (353) Lecc. I, p. 98 LH del Domingo de Pascua. 2das Vísperas del II domingo de Pascua [Se omiten las memorias de San Jorge, mártir y de San Adalberto, obispo y mártir]
Otros santos: Beata Elena Valentini laica.
LA IGLESIA, COMUNIDAD APOSTÓLICA
Hech 2, 42-47; 1 Pe 1,3-9; Jn 20,19-31
El sumario que describe de manera un tanto idealizada la vida de la comunidad cristiana primitiva de Jerusalén no ha perdido su vigencia. Cualquier comunidad eclesial no podrá recibir tal nombre si no se organiza en torno de esos quehaceres, que finalmente son su esencia y su ser mismo. Efectivamente la iglesia surge de la escucha de la predicación y la enseñanza de los apóstoles. La iglesia es apostólica. Además, es una comunidad que celebra la fracción del pan para conmemorar el centro de su fe, a saber, la muerte y la resurrección de Cristo. Esa comunidad confiesa su filiación y por tanto vive en contacto permanente con Dios por medio de la oración y la escucha de su voluntad. Esa experiencia de fe se refleja en una intensa comunión espiritual y en una comunión de bienes, que se esfuerza seriamente por eliminar el número de personas necesitadas, a través de la solidaridad y la caridad.
ANTÍFONA DE ENTRADA 1 Pe 2, 2
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los creyentes vivían unidos y todo lo tenían en común.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 42-47
En los primeros días de la Iglesia, todos los que habían sido bautizados eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la comunión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones. Toda la gente estaba llena de asombro y de temor, al ver los milagros y prodigios que los apóstoles hacían en Jerusalén.
Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común. Los que eran dueños de bienes o propiedades los vendían, y el producto era distribuido entre todos, según las necesidades de cada uno. Diariamente se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos, con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y toda la gente los estimaba. Y el Señor aumentaba cada día el número de los que habían de salvarse. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117, 2-4. 13-15. 22-24
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: 'Su misericordia es eterna'. Diga la casa de Aarón: 'Su misericordia es eterna'. Digan los que temen al Señor: 'Su misericordia es eterna'. R/.
Querían a empujones derribarme, pero Dios me ayudó. El Señor es mi fuerza y mi alegría, en el Señor está mi salvación R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
SEGUNDA LECTURA
La resurrección de Cristo nos da la esperanza de una vida nueva.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva, que no puede corromperse ni mancharse y que él nos tiene reservada como herencia en el cielo. Porque ustedes tienen fe en Dios, él los protege con su poder, para que alcancen la salvación que les tiene preparada y que él revelará al final de los tiempos.
Por esta razón, alégrense, aun cuando ahora tengan que sufrir un poco por adversidades de todas clases, a fin de que su fe, sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, el día de la manifestación de Cristo. Porque la fe de ustedes es más preciosa que el oro, y el oro se acrisola por el fuego. A Cristo Jesús no lo han visto y, sin embargo, lo aman; al creer en él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA opcional, (Lecc. 1, p. 94).
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Ocho días después, se les apareció Jesús.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: 'La paz esté con ustedes'. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: 'La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo'. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: 'Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar'.
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: 'Hemos visto al Señor'. Pero él les contestó: 'Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré'.
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: 'La paz esté con ustedes'. Luego le dijo a Tomás: 'Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree'. Tomás le respondió: '¡Señor mío y Dios mío!' Jesús añadió: 'Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto'.
Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos y los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo. R/. Rey vencedor, escúchanos.
Señor, Dios nuestro, que en tu gran misericordia nos has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, escucha nuestra oración y acrecienta en nosotros la fe pascual, para que, creyendo en tu Hijo, sin haberlo visto, consigamos, como meta de nuestra fe, la salvación de nuestras almas. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados), para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), p. 499 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 338 (602). Para despedir al pueblo se canta o se dice 'Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.' A lo cual se responde 'Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.'
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La Iglesia se reconoce como una comunidad de vida y de fe. Los bautizados confesamos a un Padre amoroso, que nos ha amado de manera singular en la persona de su Hijo Jesucristo. Para nosotros, Jesucristo no es un simple personaje histórico ni un reformador religioso lejano a nuestra vida. Es una persona realmente viva y próxima a nosotros. Lo conocimos gracias a la fe testimoniada por nuestros padres, familiares y catequistas. Esa fe nos anima a vivir confiando en Dios y por eso, nos comunicamos juntos y de manera personal con él, por medio de la oración y la celebración de los sacramentos. Dado que estamos conscientes que la fe cristiana tiene que dar respuesta a nuestros interrogantes actuales, buscamos orientación y guía en la tradición apostólica, para discernir de manera personal y comunitaria, la mejor manera de servir cálida y eficazmente como discípulos, a nuestros hermanos.
Blanco II Domingo de Pascua MR p. 347 (353) Lecc. I, p. 98 LH del Domingo de Pascua. 2das Vísperas del II domingo de Pascua [Se omiten las memorias de San Jorge, mártir y de San Adalberto, obispo y mártir]
Otros santos: Beata Elena Valentini laica.
LA IGLESIA, COMUNIDAD APOSTÓLICA
Hech 2, 42-47; 1 Pe 1,3-9; Jn 20,19-31
El sumario que describe de manera un tanto idealizada la vida de la comunidad cristiana primitiva de Jerusalén no ha perdido su vigencia. Cualquier comunidad eclesial no podrá recibir tal nombre si no se organiza en torno de esos quehaceres, que finalmente son su esencia y su ser mismo. Efectivamente la iglesia surge de la escucha de la predicación y la enseñanza de los apóstoles. La iglesia es apostólica. Además, es una comunidad que celebra la fracción del pan para conmemorar el centro de su fe, a saber, la muerte y la resurrección de Cristo. Esa comunidad confiesa su filiación y por tanto vive en contacto permanente con Dios por medio de la oración y la escucha de su voluntad. Esa experiencia de fe se refleja en una intensa comunión espiritual y en una comunión de bienes, que se esfuerza seriamente por eliminar el número de personas necesitadas, a través de la solidaridad y la caridad.
ANTÍFONA DE ENTRADA 1 Pe 2, 2
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los creyentes vivían unidos y todo lo tenían en común.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 42-47
En los primeros días de la Iglesia, todos los que habían sido bautizados eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la comunión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones. Toda la gente estaba llena de asombro y de temor, al ver los milagros y prodigios que los apóstoles hacían en Jerusalén.
Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común. Los que eran dueños de bienes o propiedades los vendían, y el producto era distribuido entre todos, según las necesidades de cada uno. Diariamente se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos, con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y toda la gente los estimaba. Y el Señor aumentaba cada día el número de los que habían de salvarse. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117, 2-4. 13-15. 22-24
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: 'Su misericordia es eterna'. Diga la casa de Aarón: 'Su misericordia es eterna'. Digan los que temen al Señor: 'Su misericordia es eterna'. R/.
Querían a empujones derribarme, pero Dios me ayudó. El Señor es mi fuerza y mi alegría, en el Señor está mi salvación R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
SEGUNDA LECTURA
La resurrección de Cristo nos da la esperanza de una vida nueva.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva, que no puede corromperse ni mancharse y que él nos tiene reservada como herencia en el cielo. Porque ustedes tienen fe en Dios, él los protege con su poder, para que alcancen la salvación que les tiene preparada y que él revelará al final de los tiempos.
Por esta razón, alégrense, aun cuando ahora tengan que sufrir un poco por adversidades de todas clases, a fin de que su fe, sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, el día de la manifestación de Cristo. Porque la fe de ustedes es más preciosa que el oro, y el oro se acrisola por el fuego. A Cristo Jesús no lo han visto y, sin embargo, lo aman; al creer en él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA opcional, (Lecc. 1, p. 94).
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Ocho días después, se les apareció Jesús.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: 'La paz esté con ustedes'. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: 'La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo'. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: 'Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar'.
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: 'Hemos visto al Señor'. Pero él les contestó: 'Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré'.
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: 'La paz esté con ustedes'. Luego le dijo a Tomás: 'Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree'. Tomás le respondió: '¡Señor mío y Dios mío!' Jesús añadió: 'Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto'.
Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos y los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo. R/. Rey vencedor, escúchanos.
Señor, Dios nuestro, que en tu gran misericordia nos has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, escucha nuestra oración y acrecienta en nosotros la fe pascual, para que, creyendo en tu Hijo, sin haberlo visto, consigamos, como meta de nuestra fe, la salvación de nuestras almas. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados), para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), p. 499 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 338 (602). Para despedir al pueblo se canta o se dice 'Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.' A lo cual se responde 'Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.'
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La Iglesia se reconoce como una comunidad de vida y de fe. Los bautizados confesamos a un Padre amoroso, que nos ha amado de manera singular en la persona de su Hijo Jesucristo. Para nosotros, Jesucristo no es un simple personaje histórico ni un reformador religioso lejano a nuestra vida. Es una persona realmente viva y próxima a nosotros. Lo conocimos gracias a la fe testimoniada por nuestros padres, familiares y catequistas. Esa fe nos anima a vivir confiando en Dios y por eso, nos comunicamos juntos y de manera personal con él, por medio de la oración y la celebración de los sacramentos. Dado que estamos conscientes que la fe cristiana tiene que dar respuesta a nuestros interrogantes actuales, buscamos orientación y guía en la tradición apostólica, para discernir de manera personal y comunitaria, la mejor manera de servir cálida y eficazmente como discípulos, a nuestros hermanos.
Fuente: misalcatolico.com
Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2017 / Misal Catolico de abril 2017
Misal de Hoy Publicado: 2021-09-15T18:20:30Z | Modificado: 2021-09-15T18:20:30Z