Santa Misa del día: Jueves 20 de Septiembre de 2018
Rojo Memoria de los Santos Andrés Kim Taegon, presbítero, Pablo Chong Hasang y compañeros, mártires MR. p. 796 (826) / Lecc. II. p. 804
Otros santos: Juan Carlos Cournay, mártir.
Algunos laicos introdujeron la fe cristiana en Corea (siglo XVII) y formaron una vigorosa comunidad que se mantuvo firme y organizada, hasta que unos misioneros franceses penetraron secretamente en la región. De esta comunidad cristiana brotaron, durante tres épocas de persecución, 103 mártires, de entre los cuales destacan Andrés Kim Taegon, primer sacerdote y celoso pastor, y Pablo Chong Hasang, insigne apóstol laico. Los demás eran laicos de todas clases y estados, que con su muerte consagraron los generosos principios de la Iglesia en Corea.
UN AGRADECIMIENTO EFUSIVO
Cor 15, 1-11; Lc 7, 36-50
La escena evangélica que nos comparte san Lucas resulta aleccionadora a propósito de la compasión y la gratitud. La pecadora anónima y el fariseo llamado Simón son dos personas muy dispares. Una carece de nombre, de reconocimiento y prestigio social y de ingresos suficientes para vivir; mientras que el otro que es reverenciado como un guía religioso, dispone de bienestar e identidad individual puesto que conocemos su nombre. Sin embargo, sus papeles resultan seriamente alterados cuando se encuentran con Jesús. La reacción que ambos muestran ante él los pone en su verdadero lugar: el fariseo se muestra como alguien mezquino y suspicaz hacia su huésped; en cambio, la mujer aparece como alguien llena de confianza y gratitud. Ambos tuvieron acceso al encuentro con Jesús, pero fue la mujer quien supo acoger la oferta de perdón que Jesús le regalaba.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Los santos mártires derramaron su sangre por Cristo en la tierra; por eso han obtenido el premio eterno.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has querido multiplicar el número de tus hijos de adopción en el mundo entero, y has hecho de la sangre de los santos mártires Andrés Kim Taegon y compañeros semilla muy fecunda de vida cristiana, concédenos la fuerza de su ayuda y el estímulo de su ejemplo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Esto es lo que predicamos y lo que ustedes han creído.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15,1-11
Hermanos: Les recuerdo el Evangelio que yo les prediqué y que ustedes aceptaron y en el cual están firmes. Este Evangelio los salvará, si lo cumplen tal y como yo lo prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.
Les transmití, ante todo, lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según estaba escrito; que se le apareció a Pedro y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos reunidos, la mayoría de los cuales vive aún y otros ya murieron. Más tarde se le apareció a Santiago y luego a todos los apóstoles.
Finalmente, se me apareció también a mí, que soy como un aborto. Porque yo perseguí a la Iglesia de Dios y por eso soy el último de los apóstoles e indigno de llamarme apóstol. Sin embargo, por la gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mí; al contrario, he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios, que está conmigo. De cualquier manera, sea yo, sean ellos, esto es lo que nosotros predicamos y esto mismo lo que ustedes han creído.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117
R/. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". R/.
Escuchemos el canto de victoria que sale de la casa de los justos: "La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo". R/.
No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 11, 28
Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Sus pecados le han quedado perdonados, porque ha amado mucho.
Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 36-50
En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. Una mujer de mala vida en aquella ciudad, cuando supo que Jesús iba a comer ese día en casa del fariseo, tomó consigo un frasco de alabastro con perfume, fue y se puso detrás de Jesús, y comenzó a llorar, y con sus lágrimas le bañaba los pies, los enjugó con su cabellera, los besó y los ungió con el perfume.
Viendo esto, el fariseo que lo había invitado comenzó a pensar: "Si este hombre fuera profeta, sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando; sabría que es una pecadora".
Entonces Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". El fariseo contestó: "Dímelo, Maestro". Él le dijo: "Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios, y el otro, cincuenta. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. ¿Cuál de ellos lo amará más?". Simón le respondió: "Supongo que aquel a quien le perdonó más".
Entonces Jesús le dijo: "Has juzgado bien". Luego, señalando a la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de saludo; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besar mis pies. Tu no ungiste con aceite mi cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por lo cual, yo te digo: sus pecados, que son muchos, le han quedado perdonados, porque ha amado mucho. En cambio, al que poco se le perdona, poco ama". Luego le dijo a la mujer: "Tus pecados te han quedado perdonados".
Los invitados empezaron a preguntarse a sí mismos: "¿Quién es éste que hasta los pecados perdona?". Jesús le dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado; vete en paz". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira benignamente, Dios todopoderoso, las ofrendas de tu pueblo y concédenos, por la intercesión de tus santos mártires, llegar a ser un sacrificio agradable a ti, para salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 10, 32
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Nutridos con el alimento de los fuertes, en esta celebración de los santos mártires, te pedimos humildemente, Señor, que, unidos fielmente a Cristo, trabajemos en la Iglesia para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fuente: misalcatolico.com
Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2018 / Misal Catolico de septiembre 2018
Misal de Hoy Publicado: 2021-09-15T18:20:33Z | Modificado: 2021-09-15T18:20:33Z