Misal Católico

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Santa Misa del día: Lunes 20 de Noviembre de 2017

Verde Feria o Beatos Anacleto González Flores y Compañeros Mártires [Memoria en los lugares donde se conserven algunas de sus reliquias] O Misa "Por la Paz y la Justicia" B* MR, p. 1087 (1134) / Lecc. II, p. 1008

Otros santos: Félix de Valois, abad; Cipriano de Calamizzi, abad.

CIEGO, PERO NO SORDO

1 Mac I, 10-15. 41-43. 54-57. 62-64; Lc 18, 35-43

Uno de los evangelistas tuvo el cuidado de conservar su nombre con más precisión, se llamaba Bartimeo. Si había perdido la vista no tenía por qué perder su identidad. Como suele pasar cuando se pierde alguno de los sentidos (en este caso la vista), se desarrolla más agudamente el otro. Bartimeo tenía un oído atento y logró captar entre el griterío de las multitudes que ingresaban a Jericó, la noticia que estaba esperando: la llegada de Jesús. Cuando se aseguró de ser escuchado, se puso a gritar a voz en cuello a Jesús. No pedía algo a lo que no tuviera derecho: tener otra vez la capacidad de ver el mundo. Jesús no podía ni quería permanecer indiferente al sufrimiento humano. Por eso, dio una orden imperiosa y le devolvió la vista. Con este pasaje se reafirma lo que ya sabemos: Jesús vivió como un poeta de la compasión y como un defensor de los últimos.
(Celebración tomada de la Revista Hacia los Altares, N°17 de la Comisión Arquidiocesana de causas de canonización. Guadalajara, Jal. 2008) Oraciones y lecturas propias.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 33, 18

Cuando los justos claman al Señor, él los escucha y los libra de sus tribulaciones.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios nuestro, al celebrar hoy el glorioso martirio de los beatos Anacleto González Flores y compañeros, te pedimos nos fortalezcas, como a ellos, para luchar con valentía y entereza, por instaurar tu Reino de justicia y de paz en nuestro mundo. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA (Lecc. III, n. 561)

Somos "los moribundos" que estamos bien vivos.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 6, 4-10


Hermanos: Continuamente damos pruebas de que somos servidores de Dios con todo lo que soportamos: sufrimientos, necesidades y angustias; golpes, cárceles y motines; cansancio, noches de no dormir y días de no comer. Procedemos con pureza, sabiduría, paciencia y amabilidad; con la fuerza del Espíritu Santo y amor sincero, con palabras de verdad y con el poder de Dios.
Luchamos con las armas de la justicia, tanto para atacar como para defendernos, en medio de la honra y de la deshonra, de la buena y de la mala fama. Somos los "impostores" que dicen la verdad; los "desconocidos" de sobra conocidos; los "moribundos" que están bien vivos; los "condenados" nunca ajusticiados; los "afligidos" siempre alegres; los "pobres" que a muchos enriquecen; los "necesitados" que todo lo poseen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 2-3. 4a. 5a. 7-9 (Lecc. III, n. 766)

R/. El Señor me libró de todos mis temores.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto; jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 10 (Lecc III, n. 947)
R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

(Lecc III, n. 219)

No tengan miedo a los que matan el cuerpo.

Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 28-33

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que los dones que te presentamos en honor de tus mártires Anacleto González Flores y compañeros, te sean tan agradables como lo fue su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 8,35

El que perdiere su vida por mí y por el Evangelio la salvará, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Conserva en nosotros, Señor, el don que hemos recibido en la festividad de los beatos Anacleto González Flores y compañeros mártires y concédenos que sea para nosotros, fuente de salvación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

* * *

Del Decreto de la Congregación para las Causas de los Santos acerca del martirio de Anacleto González Flores y Compañeros Mártires, se puede resumir que: ellos se cuentan entre aquellos que, a través de los siglos brillaron por la firmeza con que profesaron su fe en medio de las persecuciones. Vivieron con constancia sus deberes cristianos y participaron activamente en la vida de la Iglesia y de la sociedad. Defendieron con todos los medios posibles la libertad y los derechos de la Iglesia durante la cruel persecución desatada contra ella en México al inicio del siglo veinte. Con la ayuda de la gracia de Dios prefirieron morir que renegar de la unidad con Cristo y con el Romano Pontífice. Murieron en circunstancias diversas durante los años 1927-1928, pero tuvieron en común la fe, el valor, el perdón de los perseguidores y la firma voluntad de testificar el amor de Dios hasta derramar su sangre.

O Bien: Misa "Por la Paz y la Justicia" B* MR, p. 1087 (1134) / Lecc. II, p. 1008

ANTÍFONA DE ENTRADA Si 36, 18-19

Concede, Señor, la paz a quienes en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, creador del universo, bajo cuya providencia se desarrolla el curso de la historia, muéstrate propicio a nuestras súplicas y concede a nuestro tiempo la tranquilidad de la paz, para que estemos siempre llenos de gozo, alabando tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Muy grande fue la prueba que soportó Israel.

Del primer libro de los Macabeos: 1, 10-15. 41-43. 54- 57. 62-64

En aquellos días, surgió un hombre perverso, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma. Subió al trono el año ciento treinta y siete del imperio de los griegos.
Hubo por entonces unos israelitas apóstatas, que convencieron a muchos diciéndoles: "Vamos a hacer un pacto con los pueblos vecinos, pues desde que hemos vivido aislados, nos han sobrevenido muchas desgracias".
Esta proposición fue bien recibida y algunos del pueblo decidieron acudir al rey y obtuvieron de él autorización para seguir las costumbres de los paganos. Entonces, conforme al uso de los paganos, construyeron en Jerusalén un gimnasio, simularon que no estaban circuncidados, renegaron de la alianza santa, se casaron con gente pagana y se vendieron para hacer el mal.
Por su parte, el rey publicó un edicto en todo su reino y ordenó que todos sus súbditos formaran un solo pueblo y abandonaran su legislación particular. Todos los paganos acataron el edicto real y muchos israelitas aceptaron la religión oficial, ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado.
El día quince de diciembre del año ciento cuarenta y cinco, el rey Antíoco mandó poner sobre el altar de Dios un altar pagano, y se fueron construyendo altares en todas las ciudades de Judá. Quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas; rompían y echaban al fuego los libros de la ley que encontraban; a quienes se les descubría en su casa un ejemplar de la alianza y a los que sorprendían observando los preceptos de la ley, los condenaban a muerte en virtud del decreto real.
A pesar de todo esto, muchos israelitas permanecieron firmes y resueltos a no comer alimentos impuros. Prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos que violaban la santa alianza. Muy grande fue la prueba que soportó Israel. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 118, 53. 61. 134. 150. 155. 158.

R/. Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.

Me indigno, Señor, porque los pecadores no cumplen tu ley. Las redes de los pecadores me aprisionan, pero yo no olvido tu voluntad. R/.
Líbrame de la opresión de los hombres y cumpliré tus mandamientos. Se acercan a mí los malvados que me persiguen y están lejos de tu ley. R/.
Los malvados están lejos de la salvación, porque no han cumplido tus mandamientos. Cuando veo a los pecadores, siento disgusto, porque no cumplen tus palabras. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R/.

EVANGELIO

¿Qué quieres que haga por ti? —Señor, que vea.

Del santo Evangelio según san Lucas: 18, 35-43

En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello, y le explicaron que era Jesús el nazareno, que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!". Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!"
Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". Él le contestó: "Señor, que vea". Jesús le dijo: "Recobra la vista; tu fe te ha curado".
Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que el sacrificio de la salvación de tu Hijo, Rey de la paz, ofrecido bajo estos signos sacramentales con los que se simbolizan la paz y la unidad, sirvan para estrechar la concordia entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 9

Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, en abundancia, el espíritu de caridad, para que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito, fomentemos con eficacia entre todos la paz que Él mismo nos dejó. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Fuente: misalcatolico.com


Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2017 / Misal Catolico de noviembre 2017

Misal de Hoy Publicado: 2021-09-15T18:20:28Z | Modificado: 2021-09-15T18:20:28Z