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Santa Misa del día: Domingo 2 de Marzo de 2025

Domingo 2 de marzo de 2025

VIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Al árbol se le conoce «por sus frutos»...

En el evangelio de hoy san Lucas pone en labios de Jesús una serie de proverbios y refranes de estilo sapiencial. De todos ellos destaca la insistencia en superar todo género de autocomplacencia e hipocresía al momento de juzgar o querer corregir al hermano... Efectivamente, si Dios procediera como un juez implacable, estaríamos todos perdidos. Afortunadamente Él no se fija tanto en lo que somos o hemos sido cuanto en lo que intentamos ser, es decir, en nuestro esfuerzo sincero por pasar de ser malos o mediocres a ser buenos y mejores... En esta línea de intenciones, la primera lectura señala un criterio que es norma de sabiduría para enjuiciar a una persona: la palabra que sale de su boca. Esta palabra se convierte así en criba que decanta, en horno que acrisola y en fruto que delata al árbol del que procede.

No cabe duda, nuestras conversaciones nos delatan: «de la abundancia del corazón habla la boca» (Lc 6, 45)... Por eso en nuestro tiempo y en nuestro medio se habla tan poco de los valores superiores, humanos y espirituales, tales como: la solidaridad y la fraternidad, el diálogo y la convivencia, el compartir y la justicia, la paz y la unidad, la fe y la religiosidad, la responsabilidad y la colaboración ciudadanas... Cristo, en cambio, se remite al interior de la persona y a las palabras que lo reflejan. Por tanto –y para no “andarnos por las ramas”– hemos de ir a las raíces y a las obras. Hemos de bajar al fondo de nuestro corazón para descubrir su maldad o su bondad, su mentira o su verdad, su esterilidad o su fecundidad.

¿Y cuáles son los frutos por los que se conoce al discípulo de Jesús? Los que hemos venimos meditando en estos últimos domingos: la práctica de las bienaventuranzas, el amor al enemigo, el dar sin pedir ni esperar nada a cambio, el no juzgar ni condenar a los demás constituyéndonos en sus censores, sin haber convertido el propio corazón o, al menos, sin intentar una seria mejora personal... Del corazón humano no pueden salir más que palabras y acciones estériles. Por eso necesitamos un «proceso» de interiorización para que la calidad y fuerza de la savia evangélica arraigue en nosotros... Necesitamos el silencio interior y exterior para llenarnos de Dios. Necesitamos desesperadamente el silencio y la oración para captar la presencia y la voz de Dios en nuestra diaria existencia, humana y cristiana.

MONICIONES:

ENTRADA: Al discípulo de Jesús, nos dice la liturgia de este domingo, se le reconocerá «por la palabra que sale de su boca»... Si realmente se ha «revestido de Cristo», todo lo que él diga y haga lo manifestará. Un auténtico discípulo –como convencido «hijo de la luz»– jamás se convertirá en «ciego que guía a otros ciegos» ni en juez del hermano y entonces, del «árbol bueno» de sus entrañas, podrán brotar frutos abundantes.

1a. LECTURA: [Eclo 27, 5-8] Valiéndose de tres sencillas imágenes, el libro del Eclesiástico nos señala la mejor forma de ahondar en la identidad del ser humano... La más plena revelación de la persona sólo se da a partir de su forma de expresarse.

2a. LECTURA: [1 Cor 15, 54-58] Evocando dos conocidos pasajes proféticos, san Pablo abunda –lleno de entusiasmo– en el tema de la Resurrección... Hemos de dar gracias a Dios que nos promete tal definitiva victoria por medio de su Hijo Jesucristo.

EVANGELIO: [Lc 6, 39-45] San Lucas nos reporta ahora varios dichos de Jesús que nos invitan a la coherencia y a la lealtad... Sólo de actitudes interiores trasparentes podremos sobreponernos al eterno y muy humano peligro de la hipocresía.

OFRENDAS: Al ofrecer lo que somos y tenemos, no dudemos en pedirle al Señor un «corazón nuevo»... ¡Que nuestro Padre del cielo nos conceda saber compartir lo mejor de nosotros mismos con quienes nos necesitan!

COMUNIÓN: La Eucaristía ha de ayudarnos a aumentar en nosotros la fe en nuestra feliz resurrección... El Señor quiere darnos «el pan nuestro de cada día», como real anticipo de lo que esperamos gozar un día en la patria eterna.

DESPEDIDA: Hoy hemos escuchado de nuevo el dicho evangélico: «de la abundancia del corazón habla la boca»... ¡Que –cultivando los valores que de veras nos engrandecen– tratemos de seguir viviendo como fieles discípulos de Jesús!

 


 

VIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Verde, MR p. 420 [418] / Lecc. I p. 286. LH Semana IV del Salterio.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 19-20

El Señor es mi refugio, lo invoqué y me libró. Me salvó porque me ama.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor, que tu poder pacificador dirija el curso de los acontecimientos del mundo y que tu Iglesia se regocije al poder servirte con tranquilidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

[No alabes a nadie antes de que hable.] Del libro del Sirácide (Eclesiástico) 27, 5-8

Al agitar el cernidor, aparecen las basuras; en la discusión aparecen los defectos del hombre. En el horno se prueba la vasija del alfarero; la prueba del hombre está en su razonamiento. El fruto muestra cómo ha sido el cultivo de un árbol; la palabra muestra la mentalidad del hombre. Nunca alabes a nadie antes de que hable, porque esa es la prueba del hombre. Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL del salmo 91

R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!

¡Qué bueno es darte gracias, Dios altísimo, y celebrar tu nombre, pregonando tu amor cada mañana y tu fidelidad, todas las noches! R. Los justos crecerán como las palmas, como los cedros en los altos montes; plantados en la casa del Señor, en medio de sus atrios darán flores. R.
Seguirán dando fruto en su vejez, frondosos y lozanos como jóvenes, para anunciar que en Dios, mi protector, ni maldad ni injusticia se conocen. R.

SEGUNDA LECTURA

[Nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo.] De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 15, 54-58

Hermanos: Cuando nuestro ser corruptible y mortal se revista de incorruptibilidad e inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: La muerte ha sido aniquilada por la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado y la fuerza del pecado es la ley. Gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo.

Así pues, hermanos míos muy amados, estén firmes y permanezcan constantes, trabajando siempre con fervor en la obra de Cristo, puesto que ustedes saben que sus fatigas no quedarán sin recompensa por parte del Señor. Palabra de Dios.

ACLAMACIÓNANTESDELEVANGELIO Cfr. Flp2,15.16

R. Aleluya, aleluya.

Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida. R. Aleluya.

EVANGELIO

[La boca habla de lo que está lleno el corazón.] Del santo Evangelio según san Lucas 6, 39-45

En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo:

“¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.

¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano.

No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón”. Palabra del Señor.

Se dice Credo.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Invoquemos a Dios Padre todopoderoso y pidámosle que venga en ayuda de su pueblo y lo socorra en sus necesidades:

1. Pidamos al Señor, presente en su Iglesia, que la vivifique y la haga agradable a sus ojos, para que pueda alabarlo con los ángeles del cielo. Roguemos al Señor.

2. Oremos por los que tienen autoridad en el mundo: que su gobierno sea justo para la tranquilidad de la Iglesia y el bienestar de todos los pueblos. Roguemos al Señor.

3. Oremos por los que viven lejos de su hogar, por los que están de viaje y por los que se encuentran en peligro, para que Dios les envíe sus ángeles y los proteja de todo mal. Roguemos al Señor.

4. Oremos por el pueblo aquí reunido, para que el Señor perdone nuestras culpas, nos revele su luz y nos conceda proclamar con valentía el nombre de su Hijo. Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras oraciones y haz que la palabra que resuena en tu Iglesia como fuente de sabiduría, nos ayude a dar los buenos frutos que Tu esperas de nosotros y podamos así comprender y amar a nuestros hermanos, no como jueces presuntuosos e implacables, sino como portadores de bondad y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, que haces tuyas nuestras ofrendas, que tú mismo nos das para dedicarlas a tu nombre, concédenos que también nos alcancen la recompensa eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 12, 6

Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho, y entonaré un himno de alabanza al Dios Altísimo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para que este sacramento que nos nutre en nuestra vida temporal nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Fuente: misalcatolico.com


Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2025 / Misal Catolico de marzo 2025

Misal de Hoy Publicado: 2025-03-02T03:06:42Z | Modificado: 2025-03-02T03:06:42Z