Misal Católico

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Santa Misa del día: Domingo 18 de Junio de 2017

Verde Domingo XI del Tiempo Ordinario MR p. 423 (421) Lecc. II, p. 18

Otros santos: Armando de Burdeos, obispo; Isabel Schönau, abadesa. Beata Hosana u Osanna de Mantua, laica.

SERÁN MI PROPIEDAD

Ex 19, 2-6; Rom 5, 6-11; Mt 9, 36-10, 8

El libro del Éxodo nos recuerda la relación de alianza que Dios ofreció a Israel. Era un pacto bilateral con compromisos recíprocos entre Dios y su pueblo. Los israelitas tendrían que obedecer las normas y mandatos acordados en el pacto. Entre todos los mandatos sobresalía el deber de amar a Dios por encima de cualquier otra realidad. Por su parte, Dios se comprometía a proteger y bendecir a su pueblo. Siendo Israel su propiedad, nadie podría lastimarlo. Dios sería su defensor a condición de que ellos vivieran como una comunidad fraterna y solidaria. Cuando esta relación de alianza se degradó con el paso del tiempo, el Señor hizo una oferta novedosa: Él mismo reinaría en medio de su pueblo. Ya no habría necesidad de reyes ni sacerdotes como en la antigua alianza. Jesús inaugura el reino de Dios, ofreciendo la fuerza del Espíritu. Con esa misión Jesús envía a los discípulos a visitar los caseríos de Galilea. No solamente tendrán que hablar, sino ofrecer, sin condición alguna, el alivio y la salud a los necesitados.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 7. 9

Oye, Señor, mi voz y mis clamores. Ven en mi ayuda, no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, fortaleza de los que en ti esperan, acude bondadoso, a nuestro llamado y puesto que sin ti nada puede nuestra humana debilidad, danos siempre la ayuda de tu gracia, para que, en cumplimiento de tu voluntad, te agrademos siempre con nuestros deseos y acciones. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Serán para mí un reino de sacerdotes y una nación consagrada.

Del libro del Éxodo: 19, 2-6

En aquellos días, el pueblo de Israel salió de Refidim, llegó al desierto del Sinaí y acampó frente al monte. Moisés subió al monte para hablar con Dios. El Señor lo llamó desde el monte y le dijo: "Esto dirás a la casa de Jacob, esto anunciarás a los hijos de Israel: 'Ustedes han visto cómo castigué a los egipcios y de qué manera los he levantado a ustedes sobre alas de águila y los he traído a mí. Ahora bien, si escuchan mi voz y guardan mi alianza, serán mi especial tesoro entre todos los pueblos, aunque toda la tierra es mía. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación consagrada' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 99, 2. 3. 5.
R/. El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo.

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo. R/.
Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. R/.

SEGUNDA LECTURA

Si la muerte de Cristo nos reconcilió con Dios, mucho más nos reconciliará su vida.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 6-11

Hermanos: Cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores.
Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por él del castigo final. Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo, con mucho más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 1, 15
R/. Aleluya, aleluya.

El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio. R/.

EVANGELIO

Jesús envió a sus doce apóstoles con instrucciones.

Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 36-10, 8

En aquel tiempo, al ver Jesús a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, que fue el traidor. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: "No vayan a tierra de paganos ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, al Señor que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son las verdaderas necesidades de los hombres, diciendo: Señor Jesús, escúchanos. (R/. Señor Jesús, escúchanos.)
Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo, roguemos al Señor.
Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.
Oremos también por los que están lejos de su hogar, para que nuestro Señor les conceda un viaje feliz, retornar con salud a sus familias y la realización plena de los proyectos de su viaje.
Oremos también a nuestro Señor por los que hoy nos hemos reunido aquí en su nombre y por el párroco (pastor) que nos preside, para que nuestro Señor escuche nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean siembre agradables, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que nos has elegido como reino de sacerdotes, propiedad personal y nación santa y has querido que seamos signo visible de la nueva realeza de tu reino, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos vivir en plena unión contigo, tanto en el sacrificio de alabanza como en el servicio a nuestros hermanos, para que así lleguemos a ser delante de los hombres anunciadores y testigos del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Tú que con este pan y este vino que te presentamos das al género humano el alimento que lo sostiene y el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, que nunca nos falte esta ayuda para el cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 26, 4

Una sola cosa he pedido y es lo único que busco, habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida.

O bien: Jn 17, 11

Padre santo, guarda en tu nombre a los que me has dado, para que, como nosotros, sean uno, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que esta santa comunión, que acabamos de recibir, así como significa la unión de los fieles en ti, así también lleve a efecto la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Cuando se dialoga con jóvenes universitarios acerca de la fe cristiana, se tropieza uno con cuestionamientos relativos a la credibilidad de la Iglesia. Afirman haber vivido un proceso de enfriamiento en sus relaciones con Dios, a causa de los escándalos y defectos de la Iglesia. Los bautizados sabemos que nuestra fe no depende del buen o mal comportamiento de los presbíteros o laicos que forman la comunidad eclesial. Sin embargo, la serie de signos que Jesús ordena realizar a sus discípulos, apunta en la dirección del testimonio y la credibilidad. Los signos que reflejen nuestra experiencia creyente seguirán siendo necesarios, para apuntalar el difícil camino de la fe. El Papa Francisco lo reitera al decirnos que debemos recomenzar la misión ahí en la periferia de la Iglesia, es decir, ahí donde están quienes han ido diluyen-do los vínculos de pertenencia a la comunidad eclesial.

Fuente: misalcatolico.com


Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2017 / Misal Catolico de junio 2017

Misal de Hoy Publicado: 2021-09-15T18:20:30Z | Modificado: 2021-09-15T18:20:30Z