Misal Católico

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Santa Misa del día: Viernes 17 de Enero de 2025

¿Quién puede perdonar los pecados?

Color: Blanco - Memoria de san Antonio, abad


Antífona de Entrada

El justo florecerá como palmera, y se multiplicará como cedro del Líbano, plantado en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Oración Colecta

Oremos:

Señor Dios, que otorgaste a san Antonio, abad, el don de servirte en el desierto con una vida admirable, concédenos, por su intercesión, que, negándonos a nosotros mismos, te amemos siempre sobre todas las cosas.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura

Lectura de la carta a los hebreos (4, 1-5. 11)

Hermanos: Mientras está en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios, tengamos cuidado, no sea que alguno se quede fuera. Porque a nosotros también se nos ha anunciado este mensaje de salvación, lo mismo que a los israelitas en el desierto; pero a ellos no les sirvió de nada oírlo, porque no lo recibieron con fe. En cambio, nosotros, que hemos creído, ciertamente entraremos en aquel descanso, al que se refería el Señor, cuando dijo: Por eso juré en mi cólera que no entrarían en mi descanso.

Los trabajos de Dios terminaron con la creación del mundo, ya que al hablar del séptimo día, la Escritura dice que Dios descansó de todos sus trabajos el día séptimo; y en el pasaje de que estamos hablando, afirma que no entrarían en su descanso.

Apresurémonos, pues, a entrar en ese descanso; no sea que alguno caiga en la infidelidad, como les sucedió a los israelitas. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 77

No olvidemos las hazañas del Señor.

Cuanto hemos escuchado y conocemos del poder del Señor y de su gloria, cuanto nos han narrado nuestros padres, nuestros hijos lo oirán de nuestra boca.

No olvidemos las hazañas del Señor.

Que ellos también lo cuenten a sus hijos para que en Dios coloquen su esperanza, cumplan los mandamientos del Señor y no echen al olvido sus hazañas.

No olvidemos las hazañas del Señor.

Que no vayan a ser, como sus padres, generación rebelde y obstinada, inconstante de corazón e infiel a Dios, de alma.

No olvidemos las hazañas del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.

Aleluya.

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (2, 1-12)

Gloria a ti, Señor.

Cuando Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a la puerta. Mientras él enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a un paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte del techo, encima de donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una camilla.

Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Hijo, tus pecados te quedan perdonados”. Algunos escribas que estaban allí sentados comenzaron a pensar:

“¿Por qué habla éste así? Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?”

Conociendo Jesús lo que estaban pensando, les dijo: “¿Por qué piensan así?

¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: ‘Tus pecados te son perdonados’ o decirle: ‘Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa?’ Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados —le dijo al paralítico—: Yo te lo mando: levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”.

El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: “¡Nunca habíamos visto cosa igual!”


Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, las ofrendas de nuestro servicio, que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Antonio, y concédenos que, libres de las ataduras de este mundo, seas tú nuestra única riqueza.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos I

La gloria de los santos

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.

Porque tu gloria resplandece en la asamblea de los santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones.

Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria. Por Cristo, Señor nuestro.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles, y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y sígueme, dice el Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Alimentados con el sacramento de la salvación, concédenos, Dios nuestro, que siempre superemos todas las insidias del enemigo, tú que le concediste a san Antonio lograr tan ilustres victorias contra el poder de las tinieblas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Fuente: misalcatolico.com


Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2025 / Misal Catolico de enero 2025

Misal de Hoy Publicado: 2025-01-03T17:32:10Z | Modificado: 2025-01-03T17:32:10Z