Misal Católico

¡Instala nuestra app para disfrutar de una mejor experiencia en tu dispositivo móvil!

Google Play App Store
Cerrar

Santa Misa del día: Jueves 1 de Julio de 2021

La Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo

Verde / Blanco De Feria, Misa votiva de nuestro Señor Jesucristo, Sumo y eterno Sacerdote, o san Atilano Cruz Alvarado y san Justino Orona Madrigal, [Memoria en los lugares donde se conservan sus reliquias] mártires mexicanos* MR, p. 1170 (1162) / Lecc. II, p. 517

Otros santos: Aarón de Israel, primer Sumo Sacerdote de los hebreos.

LAS PRUEBAS QUE DIOS NOS REGALA
Gén 22, 1-19; Sal 114; Mt 9,1-8

Estamos ante un relato del libro de Génesis que es considerado como una obra maestra de la literatura hebrea y, además, de la cultura universal. Pintores como Rembrandt y Caravaggio, filósofos como Kierkegaard, y hasta los artistas anónimos de las primeras imágenes cristianas han meditado sobre el intento de Abrahán de sacrificar a su hijo, Isaac. Quizá este relato ha tenido tanta resonancia porque trata de una experiencia que todos conocemos, la prueba por parte de Dios. Todo ser humano es un misterio. Sabemos algo de una persona a través de sus palabras y acciones, pero palabras y acciones pueden esconder la verdad. Es por ello que Dios nos prueba como probó a Abrahán. ¿Cuáles son las pruebas que nos regala Dios? ¿Cómo reaccionamos ante ellas? ¿Las aceptamos como un don o les huimos para quedarnos en nuestra comodidad y seguridad?

ANTÍFONA DE ENTRADA Hb 7,24

Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec".

ORACIÓN COLECTA

Dios y Padre nuestro, que para gloria tuya y salvación del género humano constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre, por la participación en este memorial, experimentar el poder de la cruz y la resurrección de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.

Del libro del Génesis: 22, 1-19

En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: "Quédense aquí con el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después regresaremos".
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". Él respondió: "¿Qué quieres, hijo?". El muchacho contestó: "Ya tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?". Abraham le contestó: "Dios nos dará el cordero para el sacrificio, hijo mío". Y siguieron caminando juntos.
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él contestó: "Aquí estoy". El ángel le dijo: "No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único". Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio «el Señor provee", por lo que aun el día de hoy se dice: "El monte donde el Señor provee".
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: "Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras". Abraham volvió a donde estaban sus criados y juntos se pusieron en camino hacia Bersebá. Y Abraham se quedó a vivir ahí. Palabra de Dios.Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 114,1-2.3-4.5-6.8-9.
R/. Nuestro Dios es compasivo.

Amo al Señor porque escucha el clamor de mi plegaria, porque me prestó atención cuando mi voz lo llamaba. R/.
Redes de angustia y de muerte me alcanzaron y me ahogaban. Entonces rogué al Señor que la vida me salvara. R/.
El Señor es bueno y justo, nuestro Dios es compasivo. A mí, débil, me salvó y protege a los sencillos. R/.
Mi alma libró de la muerte, del llanto los ojos míos y ha evitado que mis pies tropiecen por el camino. Caminaré ante el Señor por la tierra de los vivos. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Co 5, 19
R/. Aleluya, aleluya.

Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.

EVANGELIO

La gente glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.

Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 1-8

En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad. En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados".
Al oír esto, algunos escribas pensaron: "Este hombre está blasfemando". Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil: decir 'Se te perdonan tus pecados', o decir 'Levántate y anda'? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, -le dijo entonces al paralítico-: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, participar dignamente en estos misterios, porque cada vez que se celebra el memorial de este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20

Éste es mi Cuerpo que se entrega por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi Sangre, dice el Señor. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la participación de este sacrificio que tu Hijo nos mandó ofrecer en conmemoración suya, te rogamos, Señor, que, unidos a él, seamos una oblación perenne. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sab 3,1-2.3

Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, pero están en paz.

ORACIÓN COLECTA

Aumenta misericordiosamente en nosotros, Señor, la fe que a tus santos mártires Atilano y Justino los hizo gloriosos porque la mantuvieron intacta hasta derramar por ella su sangre; y concédenos que, profesándola sinceramente, nos justifique. Por nuestro Señor Jesucristo ...


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Esta ofrenda, que te presentamos al celebrar el triunfo de los santos Atilano y Justino, inflame, Señor, sin cesar nuestros corazones en el fuego de tu amor y nos disponga para alcanzar la recompensa prometida a quienes perseveran. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 10, 30. 31

Todos los cabellos de su cabeza están contados; no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que los pájaros del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados, Señor, con el Cuerpo y la Sangre preciosos de tu Unigénito, en la conmemoración de tus santos mártires Atilano y Justino, concédenos que, con amor constante, permanezcamos en ti, vivamos de ti y hacia ti nos dirijamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

*San Atilano Cruz Alvarado
Nació en Ahuetita de Abajo, perteneciente a la parroquia de Teocaltiche, Jal. (Diócesis de Aguascalientes), el 5 de octubre de 1901. Ministro de la parroquia de Cuquío, Jal. Se ordenó sacerdote cuando esto se consideraba como el mayor crimen que podía cometer un mexicano.
Pero él, con una alegría que le desbordaba extendió sus manos para que fueran consagradas bajo el cielo azul de una barranca jalisciense donde se escondía el Arzobispo y el Seminario.
Once meses después, el pacífico y alegre sacerdote, mientras ejercía a salto de mata su ministerio, fue llamado por su párroco, el Sr. Cura Justino Orona. Obediente se encaminó al rancho de "Las Cruces", lugar que sería su calvario. Poco antes había escrito: «Nuestro Señor Jesucristo nos invita a que lo acompañemos en la pasión». Mientras dormía llegaron las fuerzas militares y la autoridad civil. El padre Atilano, al oír la descarga que cortó la vida de su párroco, se arrodilló en la cama y esperó el momento de su sacrificio. Allí fue acribillado, dando testimonio de su fidelidad a Cristo Sacerdote, la madrugada del 1° de julio de 1928. (Vatican.va).

*San Justino Orona Madrigal
Nació en Atoyac, Jal. (Diócesis de Ciudad Guzmán), el 14 de abril de 1877. Párroco de Cuquío, Jal. (Arquidiócesis de Guadalajara). Fundador de la Congregación religiosa de las Hermanas Clarisas del Sagrado Corazón. Su vida estuvo marcada por la cruz pero siempre se conservó amable y generoso. En cierta ocasión escribió: «Los que siguen el camino del dolor con fidelidad, pueden subir al cielo con seguridad». Cuando arreció la persecución, permaneció entre sus feligreses diciendo: «Yo entre los míos vivo o muero».
Una noche, después de planear con su vicario y compañero de martirio, el padre Atilano Cruz, su especial actividad pastoral, ejercida en medio de incontables peligros, ambos sacerdotes se recogieron para descansar en una casa de rancho de "Las Cruces" cercano a Cuquío. En la madrugada del l° de julio de 1928 1as fuerzas federales y el presidente municipal de Cuquío irrumpieron violentamente en el rancho y golpearon la puerta donde dormían el párroco y su vicario. El Sr. Cura Orona abrió y con fuerte voz saludó a los verdugos: «¡Viva Cristo Rey!» La respuesta fue una lluvia de balas. (Vatican.va).

Fuente: misalcatolico.com


Categoria: Misa por Año / Misal Catolico 2021 / Misal Catolico de julio 2021

Misal de Hoy Publicado: 2021-09-16T05:30:51Z | Modificado: 2021-09-16T05:30:51Z